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sábado, 12 de noviembre de 2016

Arquitectura Románica



ARQUITECTURA ROMANICA

Es básicamente religiosa y crea un tipo de templo abovedado, bastante uniforme, de interiores oscuros que mueven al recogimiento. No se aprovechan elementos constructivos ni decorativos de monumentos anteriores y la proporción clásica desaparece por completo. Los principales edificios fueron: Iglesias, Catedrales y Monasterios de poca altura, aunque también construyeron edificios civiles como castillos y fortalezas.
 
Desde el punto de vista exclusivamente arquitectónico el románico fue un esfuerzo continuo en construir templos perdurables con la mayor grandeza posible pero evitando su posible destrucción. En este empeño la arquitectura románica siguió un proceso evolutivo continuo de perfeccionamiento y de resolución de problemas tectónicos en busca de la altura y la luz.
 
 
Entre sus principales características, destacamos:
- Aspecto sólido y severo.
- Los arcos de medio punto sobre las columnas son los que unen las naves.
- Las bóvedas más utilizadas son las de cañón.
- Su planta basilical o de cruz latina está dividida en un número impar de naves, normalmente en 3.
 
 

Naves y transepto



A groso modo, un templo románico es un edificio de piedra labrada orientado con la cabecera al este con una o varias naves longitudinales que podían tener otras atravesadas (se verá en el siguiente apartado). En ocasiones, la fachada o hastial occidental estaba precedida de un nártex o antesala abovedada monumental.



Cabecera 
 
 
La cabecera es la parte más noble de los edificios románicos puesto que es el lugar donde se ubica el altar. De forma invariable en el románico y en otras arquitecturas medievales, la cabecera se encuentra en el extremo oriental de la iglesia. La razón de esta orientación canónica es la de que los primeros rayos de luz del día debían incidir en ella porque este Sacta Sactorum simboliza a Jesucristo que es, según el Nuevo Testamento "la luz del mundo".
 
 
 

Campanarios románicos: torres y espadañas
 
También era frecuente la construcción de parejas de torres campanario pareadas flanqueando la fachada (lo que se denomina "fachada armónica") o torres únicas en un costado del templo (con predilección por el costado norte).
El campanario tenía muchas funciones simbólicas más allá de la mera utilización como instrumento sonoro para convocar a Misa. Se trataba de un símbolo de unión entre Dios y los hombres y del poder de la Iglesia. En ocasiones se trataba también de una especie de torre fortaleza de defensa frente a los enemigos, como en algunos lugares de la Castilla al sur del Duero. La torre románica solía tener varios pisos definidos por impostas salientes con troneras y ventanales para las campanas normalmente ajimezados.
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Referencias: 
 
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